8 de mayo de 2020

Así suceden las cosas parte 1

Así suceden las cosas.

 

Aquella mañana desperté desnuda, no recuerdo haberme desnudado en ningun momento

de la doña, sentí mucho frío y por eso me desperté y al darme cuenta no llevaba ninguna

ropa puesta solo una bragas de color azul marino.

 

Una luz parpadeaba en el ordenador indicado que tenía un mensaje, moví el ratón para que

la pantalla brillará, vi un videomensaje, con aquella voz sexy que tanto me gustaba, me dijo

la imagen en la pantalla del ordenador portátil: 

 

"Te has quedado dormida mientras hablábamos, no fui capaz de dejar de mirarte, espero verte pronto un beso" y allí se acabó el mensaje.

 

Mientras una lágrima cayó por mi mejilla mientras mis labios formaban una sonrisa. Jonás y yo habíamos estado hablando hasta tarde en la noche, después de mi llegada, estaba bastante cansada y el Jet Lag me estaba matando pero no podía dejar de hablar con él por eso no me di cuenta en qué momento me quede dormida sin siquiera apagar el ordenador. 

 

-¡Jonás!- Suspiré al limpiar la lágrima de mi rostro él por alguna razón se encontraba muy triste aquella noche, intente animarlo de muchas maneras hasta que conseguí que sonriera con mis ocurrencias, mientras me iba poniendo algo más cómodo para irme a la cama. 

 

Se había vuelto costumbre desnudarme mientras hablaba con él, ya habíamos llegado al grado de confianza, el cual no sabía si era bueno o era malo, no parecía causar ningún efecto en el al verme desnuda. O yo no le causaba gustaba como mujer o él me veía solo como “amiga”.

 

Mi amigo más querido, al que muchas veces tenía que recordarle que era medio "gilipollas" en cuanto a chicas se refería, solía hablarme de su ex novia y de las cosas que ella hacía, mientras yo lo miraba con mi cara de aburrida, sabía bien que me molestaba que me hablara de ella, porque en varias ocasiones le había dicho que lo quera y que la consideraba a ella mi enemiga o no mi enemiga no creo que ella merezca esa consideración, no esta a la altura como para considerarla mi enemiga, solo sentía cierta animadversión en su contra por las cosas que le había hecho pasar.

 

Aquel día tenía muchos deseos de verle, mientras abría el agua fría mojada mi cuerpo algo caliente, pensé en él y como me había convertido en su confidente, en su "traductora Femenina", una persona que le traducía cosas que no entendí del extraño comportamiento femenino, "¡A la mierda!" exclame por mi frustración, deseaba que él intentara traducir todas esas miradas, esas largas videollamadas a tarde en la noche, cuando se suponía que debía estar durmiendo, aquellos momentos en los que "accidentalmente" me quitaba la ropa mientras él miraba atento cada uno de los movimientos.

 

Aquel día era su día libre, yo lo sabía, mientras subía al coche, decidí que era de cambiar la situación, cansada de esperar a una reacción por parte de él, era hora de que yo le demostrara lo que era una mujer dispuesta a luchar por un hombre y como su ex novia no fue capaz de hacerlo, me dirigí a su casa, pensando en lo que pensaba decirle y al mismo hacerle, una sonrisa algo perversa me devolvía el reflejo por el espejo retrovisor "Tendrás que decidir"

 

En la entrada de su casa, su madre cuidaba de unas rosas, me saludo sin quitarse los guantes y yo le sonreí, se había vuelto normal verme entrar y salir de casa de Jonás, sobretodo cuando él tenía uno o dos días libres, sin tocar siquiera entre en la casa.

 

-¡Jonás! -lo llamé. El estaba de pie en la sala aparentemente hablando con alguien, cuando entre pude verla y sonreí, por su expresión facial no esperaban ninguno de los dos verme en aquel momento de la mañana.

 

-¡Oh Sofía! No sabía que estabas aquí! ¡Hola! ¿Cómo estás?-Le sonreí con una sonrisa hipócrita.

-Hola Angie ¿Que tal tu viaje?

 

-Pues normal, tu sabes todavia no me acostumbro a los cambios de horario tan bruscos, disculpen Jonás necesito esa USB que te preste antes de irme de viaje, ¿Está en tu habitación?

 

 -Si, si esta cerca del ordenador puedes esperarme en mi habitación y en un momento te lo busco, Sofía, ya se iba.

 

-Descuida iré a buscarlo ustedes sigan hablando, me iré enseguida.

 

Me encamine a las escaleras, sin la energía que me había llevado a aquel lugar, me pare justo en al llegar al segundo piso, pensando cuál debía ser mi siguiente movimiento, mire hacia abajo y vi como Sofía se dirigía a la puerta, aparentemente Jonás seguía en el mismo lugar. Seguí hacia la habitación de Jonás que estaba bastante bien arreglada, mejor que la mía, cerré la puerta y me recosté en la puerta un segundo, sentí que venía subiendo y me puse a buscar aquel disco para intentar ocultar mis nervios.

 

-¿Qué te pasa?- Me pregunto cuando entró en la habitación y vio parada delante de del estante de los discos

 

-Estoy buscando mi disco.

-Te conozco mejor que nadie…

 

-Veo que has logrado arreglar las cosas con Sofía, en verdad espero que puedan lograrlo.

 

-Mírame a los ojos por favor.

 

No fui capaz de mirarlo a los ojos temí que mis sentimientos me tracionaran, él se acercó a mí, puso la mano en mi hombro y me obligo a mirarlo, estaba a punto de echarme a llorar, esa no era exactamente lo que tenía en mente cuando salí de  mi casa aquella mañana.

 

-¿Por qué siempre haces esto? Sabes bien que en poco tiempo ella volverá a decirte que necesita un tiempo y te dejara,   de nuevo y me tocará recoger los pedazos de tu…

Continuará...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu huella