Aquella
mañana desperté desnuda, no recuerdo haberme desnudado en ningun
momento de la doña, sentí mucho frio y por eso me desperté y al
darme cuenta no llevaba ninguna ropa puesta solo una bragas de color
azul marino.
Una
luz parpadeaba en el ordenador indicado me que tenia un mensaje,
móvil el ratón para que la pantalla brillara, vi un videomensaje,
con aquella voz sexy que tanto me gustaba, me dijo la imagen en la
pantalla del ordenador portátil: "Te has quedado dormida
mientras hablábamos, no fui capaz de dejar de mirarte, espero verte
pronto un beso" y allí se acabo el mensaje.
Mientras
una lagrima cayo por mi mejilla mientras mis labios formaban una
sonrisa Jonás y yo habíamos estado hablando hasta tarde en la
noche, no me di cuenta en que momento me quede dormida sin siquiera
apagar el ordenador. Jonás al limpiar la lagrima del rostro recordé
que aquella noche habíamos estado hablando de su hermana quien había
fallecido hace algunos años y el pues se encontraba muy triste
aquella noche, intente animarlo de muchas maneras hasta que conseguí
que sonriera con mis ocurrencias, mientras me iba poniendo algo mas
cómodo para irme a la cama.
Mi
amigo más querido, al que muchas veces tenia que recordarle que era
medio "gilipollas" en cuanto a chicas se refería, solía
hablarme de su ex novia y de las cosas que ella hacia, mientras yo lo
miraba con mi cara de aburrida, sabia bien que me molestaba que me
hablara de ella, porque en varias ocasiones le había dicho que lo
quera y que la consideraba a ella mi enemiga o no mi enemiga no creo
que ella merezca esa consideración, no esta a la altura como para
considerarla mi enemiga, solo sentía cierta animadversión en su
contra por las cosas que le había hecho pasar.
Aquel
día tenía muchos deseos de verle, mientras abría el agua fría
mojada mi cuerpo algo caliente, pensé en él y como me había
convertido en su confidente, en su "traductora Femenina",
una persona que le traducía cosas que no entendí del extraño
comportamiento femenino, "¡A la mierda!" exclame por mi
frustración, deseaba que el intentara traducir todas esas miradas,
esas largas videollamadas a tarde en la noche, cuando se suponía que
debía estar durmiendo, aquellos momentos en los que
"accidentalmente" me quitaba la ropa mientras el miraba
atento cada uno de los movimientos.
Aquel
día era su día libre, yo lo sabia, mientras subía al coche, decidí
que era de cambiar la situación, cansada de esperar a una reacción
por parte de él, era hora de que yo le demostrara lo que era una
mujer dispuesta a luchar por un hombre y como su ex novia no fue
capaz de hacerlo, me dirigí a su casa, pensando en lo que pensaba
decirle y al mismo hacerle, una sonrisa algo perversa me devolvía el
reflejo por el espejo retrovisor "Tendrás que decidir"
En la
entrada de su casa, su madre cuidaba de unas rosas, me saludo sin
quitarse los guantes y yo le sonreí, se había vuelto normal verme
entrar y salir de casa de Jonás, sobretodo cuando el tenia uno o dos
días libres, sin tocar si quiera entre en la casa.
-Jonás!
-lo llamé. El estaba de pie en la sala aparentemente hablando con
alguien, cuando entre pude verla y sonreí, por su expresión facial
no esperaban ninguno de los dos verme en aquel momento de la mañana.
-Sofía!
No sabia que estabas aquí! Hola!- sonreí matemáticamente.
-Hola
Angie ¿Qué tal tu viaje de regreso?
-Pues
normal, oye Jonas necesito ese disco que te preste antes de irme de
viaje, ¿Está en tu habitación?
-Si,
si, Sofia, se iba en un momento te lo busco.
-Descuida
iré a buscarlo ustedes sigan hablando, me iré enseguida.
Me
encamine a las escaleras, sin la energía que me había llevado a
aquel lugar, me pare justo en al llegar al segundo piso, pensando
cual debía ser mi siguiente movimiento, mire hacia abajo y vi como
Sofia se dirigía a la puerta, aparentemente Jonás seguía en el
mismo lugar. Seguí hacia la habitación de Jonás que estaba
bastante bien arreglada, mejor que la mía, cerré la puerta y me
recosté en la puerta un segundo, sentí que venia subiendo y me puse
a buscar aquel disco para intentar ocultar mis nervios.
-¿Qué
te pasa?- Me pregunto cuando entro en la habitación y vio parada
delante de del estante de los discos
-Estoy
buscando mi disco
-Te
conozco mejor que nadie...
-Veo
que has logrado arreglar las cosas con Sofía, en verdad espero que
puedan lograrlo
-Mírame
No
fui capaz de girarme para mirarlo temía que mis sentimientos me
traicionaran, el se acerco a mi y puso la mano en mi hombro y me
obligo a mirarlo, estaba a punto de echarme a llorar, esa no era
exactamente lo que tenia en mente cuando salí de casa aquella
mañana.
-¿
Por qué haces esto? Sabes bien que en poco tiempo ella volverá a
decirte que necesita un tiempo y te dejara.... de nuevo y me tocara
recoger los pedazos de tu...- Mis palabras fueron interrumpidas por
sus labios, al principio no podía entender lo que pasaba pero al
sentir el calor de su cuerpo tan cerca del mio mientras su lengua
jugaba con la mía, cerré los ojos y me deje besar, sus manos no
eran nada tímidas recorrían mi espalda y acariciaban mi trasero.
Me
aparte para respirar e intentar entender que había sucedido. Él
tenia una expresión de querer más.
-No
he arreglado nada con Sofia, ella vino pero verla solo me hizo darme
cuenta de que no es a ella a la que quiero en mi vida...-acaricio mi
rostro.- Te quiero a tí.
-En
verdad eres un gilipollas ¿Cómo sabes que lo quiero yo eres tú?
-Porque
anoche mientras te quedabas dormida decías mi nombre... - y me besó.
(Continuara)
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